Anoche soñé que eras mi día.
Como gotas de rocío, amanecías
sobre mi cuello atento,
te deslizabas por mi garganta fría
y abrías mi pecho sediento de agua
limpia de pena, olvido y decepción.
Anoche soñé que me estremecía
con una gota ardiente de tus labios,
húmeda de vida fresca, plena de brillante sol,
que el deseo no es pecado, ni culpable el amor.
Vi en ti el reflejo de todos los universos,
privados, imposibles, infinitos,
mundos necesarios como el aire al respirar,
verdes en un beso de hierba y negros en la noche,
a veces teñidos del gris adiós,
siempre de mil colores en el amor.
Anoche soñé que eras mi vida,
que un día te diría las palabras atrapadas
en cada gota del día.
Que te quería más que nadie,
y tú jamás lo sabrías…
Toda gota es en si misma un océano. Sólo tenemos que saberlo ver...
ResponderEliminarAsí es... y sentirlo. Con eso basta porque es inmenso.
EliminarUn abrazo! :)
Va uno y cae en la trampa. Lee. Se emociona. Se pone tierno. Y... ¿Qué hace hasta que sea la hora de marcharse de la infausta oficina? Besos ;-)
ResponderEliminarJajaja, no pierdas la emoción nunca!! Estés donde estés, existe por algún rincón... ;)
EliminarBesazo!!