No fue fácil. El camino
jamás fue corto y recto.
Me perdí en los recodos del
tiempo y en las curvas de la imaginación.
Me detuve ante todas las señales
de amor, equivocadas o ciertas.
Temí perder el control,
demasiado amor,
en una sola dirección.
Dudé, me equivoqué y seguí.
Y tantas veces volví al
principio por los atajos falsos de la memoria
que sólo hallé huellas sepultadas
por la historia que viví.
Busqué lo que no encontraba,
esperé en el borde de la nada
y creí morir.
Olvidé que el destino obliga a
avanzar, lo quieras o no.
Te empuja hasta que aprendes que
seguir adelante es el camino.
El resto es el equipaje que
eliges, querido o no.
Y yo te quiero, luz y sonrisa
conmigo
en mi camino, querido, hasta el
final.
Al cabo de un tiempo aprendemos que único cierto es el camino, y los compañeros que elegimos para recorrerlo...
ResponderEliminarAbraçades!
Eso es... Los que elegimos y nos eligen también. Ellos son el equipaje que no pesa, el más ligero y necesario. El que nos impulsa de verdad :)
EliminarAbraçades (muchos)