jueves, 27 de octubre de 2011

Al principio fue la sed...

Al principio fue la sed… la sed de sentir que calmamos con torrentes de agua por la garganta ardiente, sin medida ni razón. Aliento, saliva y amor fundido en sensaciones, deslizándose por un mismo caudal, hacia el mismo río, el mismo mar. 
Al final fue la red… la red de gotas de aquel torrente frente al hogar. Pasillos construidos de rutinas de convivencia, paredes de reproches y portazos de silencio. Gotas estancadas de amor, apenas unidas por la costumbre. Compleja, delicada y frágil telaraña teje el amor: nos separa, pero lo protege y sostiene a la vez.

jueves, 13 de octubre de 2011

Noticia del vacío

Una joven de 25 años ha sido encontrada muerta a primera hora de esta mañana en la calle Mayor, después de que, al parecer, cayera desde el 5º piso de la vivienda, en la que residía desde hace un año. Hasta el momento, no se conocen los motivos del suceso, aunque todo apunta a un suicidio, según confirmaron fuentes policiales. Los vecinos aseguraron que la chica vivía sola, no tenía trabajo, ni relaciones con otras personas.
“Desde que llegó al piso, la vi bajar y subir del portal completamente sola. Salía poco, no hacía ningún ruido y parecía buena chica. Tampoco vi nunca que se juntara con otra gente, ni que tuviera familia. Siempre me dieron ganas de preguntarle cómo le iba, pero nunca me atreví. ¡Ay, Dios mío, no sé cómo ha podido terminar así!”, afirmó una vecina. 


“Qué sosería. Esta noticia no tiene miga, chispa, tirón” “Es sólo un rutinario suicidio más”, pensó el redactor, indiferente y aburrido, mientras se afanaba en recorrer la acera en busca de testigos. Allí permanecía todavía el cadáver de la joven cubierto por una sábana, bajo un evidente charco de oscura sangre, protegido por un cordón policial, y algunos curiosos.
Ambicioso y harto de su suerte, en la agotadora y poco lucida crónica de sucesos, el periodista buscaba su filón, hasta que vio llegar al juez de guardia para proceder al levantamiento del cadáver. Sin apartar la vista de la figura sobria del juez, observó cómo miraba con detenimiento la postura de la fallecida. Boca arriba y con las palmas de las manos extendidas hacia el cielo.
En un arranque de valentía, descaro (y cierta desesperación) el periodista abordó al juez: ¿qué le parece? ¿un suicidio normal?. “No es normal, joven, contestó el juez. No es normal que a los 25 años alguien caiga desde varios metros y acabe en el suelo con las manos abiertas?” “Y eso qué quiere decir, juez”. “Quiere decir que murió aferrando lo único que tenía: el aire, el espacio vacío, su nada…”
El periodista levantó la mirada hacia el juez emocionado y aturdido. No por la inspiración poética del juez, no por la tragedia de la joven. No se concedió ni un segundo de sensibilidad. Corrió sin parar hasta la redacción ¡ya tenía titular!

miércoles, 5 de octubre de 2011

Fuera de lugar

Fuera de lugar… Esa sensación tan familiar, tan acostumbrada a sentir a flor de piel, pegada a las entrañas. Como una niña atónita y desolada que, de repente, se perdió tras una luz, mientras otros cambiaban de dirección. 

Una niña en medio de la nada. Sin rumbo. Sorprendida, por la rapidez con que los demás abandonaron el camino emprendido juntos. Aterida de frío, porque se escapó el calor que daban palabras y caricias. Indecisa, porque preguntar sólo serviría para acumular mentiras piadosas y falsedades evidentes. Callada, porque los mensajes quedaron sin destinatario. 
Cobardía en las respuestas y miedo a la verdad es el paisaje más solitario, devastado por la infidelidad y la deslealtad. No hay brújula para los abandonados, no hay guía para los perdidos en todas las direcciones. Sólo un puñado de dificultades y heridas. Dureza para crecer en soledad, fe en un destino y voluntad para seguir, sin nadie más, su propio camino.