miércoles, 14 de septiembre de 2011

Bajo la superficie

Tengo miedo de la vida bajo la superficie, al mundo que se define entre claroscuros, a cada existencia que se mueve oculta bajo el sol. A las vidas que se esconden, las que apenas se vislumbran gracias a un rayo de sinceridad, las que viven estancadas entre prejuicios, asentadas en su mentira. Temo a los seres que nadan entre el lodo de la falsedad, respirando bocanadas de hipocresía, resistentes al rechazo, a la crítica, a cualquier esfuerzo por comprender. 
Tengo miedo a callar sobre lo que me duele y lo que amo. Pánico a no poder gritar un “te quiero”, a que tú no lo oigas y me arrastre tu olvido. A hundirme bajo la superficie de un río sin otro destino que un mar de vacío. Miedo al cambio que no mantiene su esencia.
Me asustan las palabras que se lanzan desde la superficie al aire, y mucho más las que se silencian. El terror de los deseos insatisfechos, envidias injustificadas y rencores putrefactos, como esas algas verdosas y marchitas. La voz ronca y el silencio, siniestro y cruel, de los cantos de sirena bajo la superficie.
Temo que la verdad, la que cada uno guarda como su tesoro, se cubra con una capa de barro, escarcha y hielo. Y la verdad, la tuya y la mía, la nuestra, se ahogue en un eterno invierno, cubierta de palabras muertas, congelada y sola, entre silencios, mentiras y temores.


(Gracias a @Avisnigra67)

martes, 13 de septiembre de 2011

Falsa libertad

Cree ser libre quien nada espera, quien ve la vida pasar sin comprometerse, ajeno a la luz y el aire, de espaldas al cariño, indiferente al color y las sensaciones, al frescor del agua. Cree estar libre del dolor y sufrimiento que traen como equipaje los demás…
Pero esa libertad elegida, incluso a cielo abierto, tiene barrotes de soledad, una celda inmensa de apatía, y una existencia que no merece el nombre de vida.


(Gracias @Avisnigra67)

El resplandor del sol

Las lágrimas de atardecer saben a dulce agua con sal, café torrefacto y humo gris en horas de madrugada. Dibujan el contorno de rostros amados, mojan penas antiguas, y tiñen de transparencia la realidad, lo que pudo ser y nunca será. Juegan a deslizarse libres, en un caudal imparable, hasta unirse en un lago de infinitos imposibles. 
Y mientras descansan, sueñas…
Sueñas que el resplandor del sol las ilumina y transforma en calor y amor. Sientes la última luz que extrae su fuerza y su razón de ser: para que fluyan y no se estanquen entre recuerdos, para que brillen limpias de rencores y arrepentimientos, para que sigan vivas en la emoción y la alegría, para que calmen la sed de la próxima sonrisa.   
Sueñas y lloras, esperas y sueñas… Mañana volverá el resplandor del sol.


(Gracias @Avisnigra67)

Entre tu alma y la mía...

Entre tu alma y la mía hay nubes de pensamientos que se deslizan al tiempo. El viento los empuja hasta encontrarse en un rincón del cielo, donde ni un soplo de duda los deshace, donde se unen y crecen, inseparables. Allá donde el silencio es cómplice de secretos y testigo de minutos eternos. 
Entre tu alma y la mía hay un espejo de sentimientos, mecidos por la calma y la confianza. Reposan y sueñan, transparentes e inmortales, más allá de ti, más allá de mi… mientras el cielo los guarde.


(Gracias @Avisnigra67)