viernes, 16 de diciembre de 2011

La dueña de la luna

La dueña de la luna renace cada noche, juega entre estrellas, se desliza entre constelaciones, dibuja sueños y les da forma hasta convertirlos en reales y alcanzarlos con la punta de los dedos. Los persigue hasta apresarlos en un abrazo, uno tras otro, los pinta de amor y les da el color brillante e intenso de las sensaciones. Respira aliento cálido y fue moldeada con fuerza de acero plateado, y contornos de pasión. No teme la luz del sol. No tiene miedo a arder ni a quemarse con su resplandor, porque cada noche vuelve a su oscuridad entre estrellas, a bailar con ellas, a rozar su luna con la punta de los dedos. 
Y cada noche es sueño, fuego al mediodía, calma al atardecer, y cada día es amor para entregar sin medida. Regalo de la dueña de la luna.
Para Nora

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