viernes, 19 de abril de 2013


No sé a dónde voy, ni adivino el camino. 

Nunca hay seguridad a la vista, ni señales que indiquen en qué lugar habita el destino.

Cualquier dirección marcada es un truco de la vida para perdernos…

Veo sólo senderos por pisar, asfalto reconocible y el reflejo de lo que queda de mí al avanzar…

Sé que te llevo conmigo, regalo del azar, como mi brújula y mi fortuna.






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