lunes, 4 de noviembre de 2013

Venecia sin ti...

Qué profunda emoción…contemplar el ayer con ojos de hoy
 y dejarse mecer por el recuerdo que viene y va, 
que flota y nos acuna, oscila y se balancea,
aquel recuerdo hecho nostalgia que tiembla inmenso y eterno,
entre las aguas de la memoria.

Qué callada quietud… grita tu ausencia,
mientras ecos de otros suenan a través de cielos abiertos,
entre ríos de distancia, frente a muros abandonados,
y siempre se escucha clara la voz que dejaste
en aquella estancia donde todo es multitud.

Qué tristeza sin fin… cuando en la tormenta duele el alma,
y se siente vacía la calma y se oye tu oculto silencio,
mientras el amor escampa, entre sollozos de mandolina,
por canales profundos, frente a paisajes dormidos.

Qué tristeza hay… en mi soledad si no está tu recuerdo,  
si no siento tu voz, si no vivo tu presencia. Si me faltas tú… 
no lo quiero pensar, la misma canción volvería a sonar, 
la melodía de todas las ausencias, sin el encanto que hacía soñar.
Tengo tu amor en mí y es suficiente para amar.

Sólo queda un adiós… dedicado a la tristeza que se tambalea,
que flota en el aire, que oscila y se balancea hoy y ayer
que mece y acuna el atardecer,
con murmullos de mandolina para recibir a la luna
y a su eterno fulgor…

Porque nada murió, Venecia está en ti,
el amor se guarda vivo
como el corazón que lo cobija,
a la espera de una canción,
que lo acaricie al pasar…





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