lunes, 20 de junio de 2011

La ruta de los sentidos

Castilla es ancha y plana como el pecho de un varón, decía Machado. Pero tú y yo sabemos que un viaje por ese terreno tranquilo, aparentemente inofensivo, puede ser una apasionante y arriesgada aventura…
Primero, segundo, tercer botón de tu camisa. Arrancando con el sonido del motor de tu corazón. Ascendiendo entre suaves colinas, subiendo por la ruta de los sentidos. Respirando la brisa de tu esencia, absorbiendo tu piel con tacto de hierba, sorteando obstáculos hasta el aire de tus pulmones. Secando la humedad con las yemas de los dedos para no resbalar.
Punto muerto, descanso en el hueco de tu cuello. Recuperando el aliento, para acelerar de nuevo, mecida, abrasada, agitada por tu incipiente barba. Aparcando en tus labios, allí donde un segundo vale una eternidad de recuerdos.
El viaje acaba bruscamente, nos interrumpen una vez más. Yo me llevo tu sabor en mis labios. Tú me sentirás en la piel… cuando regreses con ella

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