lunes, 20 de junio de 2011

No quiero acostumbrarme a la vida...

No quiero su plácida rutina. No quiero repetir ni un segundo de mi vida…
Quiero amanecer cada día con ojos nuevos y descubrir sensaciones donde antes no percibía nada. Respirar el mismo aire con oxígeno renovado. Beber agua con sabor. Acariciar una piel con todas sus texturas. Oler, devorar, empaparme de todos los aromas.
Quiero despertar mirando otra vez al cielo y al suelo;  contemplar la vida arriba y abajo, en todas sus direcciones. Quiero observar al vecino, al amigo, al desconocido y explorar nuevas relaciones; aprender y entender; asumir otras opciones y hacerlas mías.
Quiero sentir al insensible y estimular al indiferente; explicar el odio y transformarlo en templanza. Quiero mirame al espejo y entenderme, relegar el dolor al olvido y convertir los fracasos en impulsos.
Quiero alegría; amar y dejar amar. Quiero situarme en un rincón del escenario, disfrutar de los echaron a volar en solitario y celebrar su triunfo. Quiero aplaudir a los que amo y seguir amando.
Quiero vivir con una nueva mirada cada día. 

1 comentario:

  1. Y sin embargo... por todo lo que aquí dices, qué bueno y fácil es acostumbrarse a todo lo bueno!

    Un abrazo

    ResponderEliminar